El reciente acercamiento entre el enviado especial de EEUU, Richard Grenell y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha marcado un cambio significativo en la política exterior de Washington hacia Caracas.
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Ante ese escenario, todo parece indicar que Estados Unidos (EEUU) ha decidido cambiar su estrategia, apostando por un enfoque de cooperación y acuerdos comerciales que beneficien a ambos países.
Asimismo, el acercamiento entre Estados Unidos y Venezuela podría generar cambios significativos en el mercado energético mundial, con la posibilidad de flexibilizar las sanciones.
Además, permitiría la exportación de petróleo venezolano hacia Estados Unidos y el precio del crudo podría estabilizarse. Esto constituiría un punto clave para beneficio de la economía, tanto de Washington como de Caracas.
En consecuencia, este nuevo enfoque de la istración Trump hacia Venezuela, refleja un giro pragmático en la política exterior de Estados Unidos que, en lugar de insistir en una estrategia de presión, parece apostar por la diplomacia y el comercio.
Por un lado, Estados Unidos garantizaría un suministro energético estable y a menor costo, mientras que Venezuela podría recuperar parte de su economía y aliviar la presión de las sanciones internacionales.
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