En medio del escenario tenso sobre la política migratoria implementada por el presidente de los EEUU, Donald Trump, numerosos empresarios han solicitado al mandatario suavizar la aplicación de las mismas.
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De acuerdo a medios internacionales, el miedo en la ciudadanía latinoamericana radicada en Estados Unidos se ha incrementado ante la posibilidad de salir a sus puestos de trabajo, y se les someta a un arresto que los lleve a la deportación, hacia cárceles como el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en El Salvador, donde se hallan 253 venezolanos secuestrados, algunos acusados sin pruebas, de integrar la organización criminal Tren de Aragua.
El presidente de una compañía de construcción denominada ABIC, en Arizona, Bob Worsley, atraviesa por dificultades debido a la falta de personal obrero.
Worsley ocupa un curul por la banca republicana en la legislatura estatal y afirma que más que deportaciones, se requiere una política migratoria dotada de orden para proceder con una inmigración legal.
«Esto es como una presa en la que el agua va a encontrar por dónde pasar por pura fuerza. Puedes asegurar la frontera, pero si no solucionas el tema de la inmigración de modo que la gente pueda venir legalmente, va a suceder de nuevo», expresó.
Por su parte, Manolo Betancur, un colombiano radicado en suelo estadounidense y que compró una panadería en Charlotte, Carolina del Norte, además de cuatro establecimientos, con 70 trabajadores en su mayoría inmigrantes, comprende la tensa situación actual y alega que las redadas de funcionarios en el área son frecuentes
«Las redadas de los agentes de Inmigración son frecuentes en mi zona y sé que cuando hay una mis empleados no van a aparecer porque se van a quedar en casa protegiendo a sus familias. Nuestros políticos creen que solo se están llevando a los criminales y eso es una gran mentira«, destacó.
Betancur llegó de Colombia huyendo del conflicto que asolaba a su país y construyó un negocio familiar que paulatinamente ha ido creciendo y actualmente cubre las demandas de decenas de personas.
«A uno le da miedo decir determinadas cosas en estos tiempos, pero Estados Unidos colapsaría sin los inmigrantes. Más que deportaciones, lo que necesitan este país y sus empresas es una reforma migratoria», apuntó, como uno más de los empresarios impactados por estas acciones del Estado.
Cabe subrayar que la agricultura es uno de los sectores que se ha visto perjudicado con graves consecuencias con la política migratoria implementada por Donald Trump.
Las regiones más afectadas por estas medidas en EEUU son California y Florida, donde cada año, miles de extranjeros recurren con visas de trabajador temporal, las H-2A y H-2b, sin garantías de futuro y estabilidad económica.