El medio estadounidense The Atlantic reveló una serie de capturas de pantalla de un chat que comprometen a la istración de Donald Trump, entre éstos, altos funcionarios del Gobierno como el vicepresidente JD Vance, en el que discuten detalles de un ataque contra los hutíes en Yemen, evidenciando una operación encubierta en este país.
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La filtración provino de un chat de trabajo en la aplicación Signal, por la que se coordinó la ofensiva militar de EEUU contra los hutíes en Yemen. El accidental del periodista Jeffrey Goldberg permitió que estos mensajes salieran a la luz, exponiendo el secretismo del Pentágono, entre los que se involucra a su vicepresidente Ejecutivo, J.D. Vance.
Los textos muestran cómo el secretario de Defensa, Pete Hegseth, anunciaba en tiempo real los pasos del ataque. Desde el despegue de los cazas F-18 hasta la activación de drones de combate, todo fue orquestado en un espacio privado.
Uno de los mensajes más comprometedores indica que la ofensiva se llevó a cabo con el conocimiento del Comando Central de EEUU (CENTCOM). Sin embargo, la seguridad nacional quedó en entredicho al filtrarse la estrategia antes del operativo.
Detalles del ataque militar en Yemen
El ataque se ejecutó en la tarde del 15 de marzo. A las 12:15 (hora ET), despegaron los primeros cazas F-18, seguidos por drones MQ-9s a las 13:45. Según los mensajes, el objetivo era eliminar a la resistencia yemenita antes de que pudieran reaccionar.
A las 14:10 comenzó la segunda ola de bombardeos, reforzada con más F-18 y misiles de crucero Tomahawk. Cinco minutos después, vehículos aéreos no tripulados fueron enviados para reforzar el ataque.
Uno de los reportes enviados en el chat celebraba la destrucción de un edificio en la capital, Saná. Según Michael Waltz, asesor de Seguridad Nacional, allí se encontraba un alto mando de la resistencia yemenita.
«VP. Edificio derrumbado. Tuve múltiples identificaciones positivas», escribió Waltz. A lo que el vicepresidente J.D. Vance respondió con un breve: «Excelente», acompañado de emojis de fuego y la bandera estadounidense.
El Pentágono minimiza la filtración
A pesar de la gravedad de los hechos, la istración de Donald Trump no mostró preocupación por la filtración.
En declaraciones públicas, el Presidente aseguró que la información filtrada «no representaba un problema serio».
El Pentágono también intentó restarle importancia al caso. La directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, declaró que «no se compartió material clasificado en el chat». Mientras que el director de la CIA, John Ratcliffe, justificó su presencia en el grupo, asegurando que sus mensajes eran «legales y permisibles».
Expertos en seguridad nacional advierten que el uso de la aplicación Signal para coordinar operaciones militares representa un alto riesgo. Sin embargo, la Casa Blanca insiste en que la filtración no comprometió ninguna estrategia clave.
Un escándalo que pone en duda a Washington
La revelación de The Atlantic ha generado fuertes críticas a la política militar de EEUU en Medio Oriente. La operación, que se llevó a cabo en el más absoluto secretismo, pone en tela de juicio la transparencia del Pentágono.
Además, el hecho de que un periodista haya accedido por error a un chat confidencial demuestra fallas en los protocolos de seguridad del Gobierno de Donald Trump. Para muchos analistas, este episodio deja en evidencia la improvisación y los riesgos de la política exterior estadounidense.