Los 133 cardenales convocados al cónclave para elegir al nuevo papa se reunieron por segundo día en la Capilla Sixtina. La cuarta votación resultó en un consenso, con fumata blanca y el repique de campanas anunciando a Robert Francis Prevost como el nuevo papa quien tomará el nombre de León XIV.
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La noticia fue recibida con un estallido de júbilo entre los miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, donde la expectativa por el sucesor del último Papa, Francisco (Jorge Bergoglio), era palpable.
El papa León XIV nació en Chicago en 1955, Prevost creció en el seno de una familia católica de raíces obreras. Impulsado por una temprana vocación misionera, ingresó en su juventud a la Orden de San Agustín. Su formación académica se consolidó con estudios de filosofía y teología en la Catholic Theological Union, y posteriormente se doctoró en Derecho Canónico en Roma, cimentando las bases de su profunda comprensión de la doctrina eclesiástica.
Ordenado sacerdote en 1982, su trayectoria lo llevó rápidamente fuera de Estados Unidos, alejándolo del confort del ámbito académico para ponerse al servicio activo en las periferias. Esta experiencia ha sido una constante en su ministerio y lo ha conectado directamente con las realidades pastorales más desafiantes.
Prevost se perfila como una opción que representa un equilibrio estratégico para la Iglesia. Su cercanía al ideario del papa argentino sugiere una continuidad en la línea pastoral iniciada por Francisco. Mientras que su perfil institucional y sobrio es valorado por muchos cardenales como un factor de estabilidad en tiempos de cambio.
Su amplia experiencia incluye haber sido obispo en Perú, y hoy es reconocido como uno de los hombres más influyentes dentro del Vaticano, lo que le otorga un peso significativo en las decisiones eclesiásticas.
La elección de León XIV marca el inicio de un pontificado que, se espera, combine la vocación de servicio a las periferias con la necesaria estabilidad institucional, buscando dar continuidad a la visión de la Iglesia global en el siglo XXI.
El cardenal Prevost se ha convertido en el primer papa estadounidense, pero su perfil se aleja de las políticas de Trump. Procede de una familia fruto de la emigración, su padre es de origen francés y su madre, Mildred Martínez, de ascendencia española.
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