Ucrania rompe tratados nucleares, y no es una exageración, lo que hizo el régimen de Volodímir Zelenski no solo fue un ataque a territorio ruso: fue una ruptura directa de las reglas que durante décadas evitaron el estallido de una guerra nuclear este fin de semana.
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Zelenski armas nucleares
El domingo, el Ministerio de Defensa de Rusia denunció que el régimen de Kiev llevó a cabo un atentado terrorista con drones FPV contra varios aeródromos ubicados en las provincias de Múrmansk, Irkutsk, Ivánovo, Riazán y Amur.
Aunque los ataques contra Ivánovo, Riazán y Amur fueron repelidos, en Múrmansk e Irkutsk resultaron incendiadas unidades de equipo aeronáutico. Los fuegos fueron controlados, pero el mensaje ya estaba claro.
Cabe destacar que durante décadas, los tratados mantuvieron las armas nucleares bajo control, los bombarderos tenían que estar al aire libre, los silos sellados, para que nadie pudiera lograr un ataque sorpresa. Fue la delgada línea que detuvo la Tercera Guerra Mundial.
Ahora Volodímir Zelenski lo ignora. Y ni siquiera avisó a sus aliados. Según medios estadounidenses, Ucrania no notificó con antelación a la istración del presidente Donald Trump sobre el ataque. Y eso, para muchos, es más grave que el ataque mismo.
Desde el propio régimen ucraniano se ite preocupación. The Economist recogió el testimonio de un alto funcionario que advirtió que el ataque pone en peligro las relaciones con socios occidentales, los cuales siguen “de cerca” todo lo que ocurre.
“La preocupación es que esto sea Sinope”, explicó el funcionario, recordando la batalla de 1853 en la que Rusia aplastó al Imperio otomano. Después, Francia y el Reino Unido le declararon la guerra a Rusia.
Y sí, el contexto es tenso: este lunes se celebraron la segunda ronda de diálogo entre Rusia y Ucrania en Estambul. Putin ya lo dejó claro: “Rusia nunca abandonó el diálogo. Fue Kiev quien se retiró de las negociaciones”.
Mientras tanto, el mundo observa. La decisión de Zelenski de romper tratados nucleares, sin medir consecuencias, ya encendió alarmas no solo en Moscú, sino también en Washington, Bruselas y más allá.
